Luna

Se paró a mirar la luna, a conectarse con ella como hace con las plantas.
Me dijo que estaba grande, luminosa.
Y yo vi crecer la luna ¡Pero digo ahí, en ese mismo momento! e iluminar más,
y entendí que es la luna la que se acerca para verse sus ojos, verdes, infinitos,
como explorando un cielo nuevo donde posarse.
Yo te entiendo, Selene querida.

Aclaración

Nosotros no empañamos los vidrios,
lo hizo la lluvia,
la que obligó al pisca pisca a brillar
y luego a nosotros a encostarnos.

Nosotros no empañamos los vidrios,
solo nos aseguramos de
que no pasará el empañamiento.

Sorpresa

Me anuncia una sorpresa
con la condición de que cierre los ojos.
Los abro solo cuando ella
me dice que puedo hacerlo, y sonrío.

La veo luciendo un bello vestido largo,
tal y como una personaje de televisión.
La veo segura, sintiéndose fuerte,
    como el color rojo que viste,
    como lo había presagiado su nombre,
    como el agua que llega a la tierra esta tarde,
    de verdad con fuerza.

Sonríe porque sonrío.

No comulgo con la monarquía,
pero jamás me perdería
la coronación de mi hija menor.

Tajy

Crece,
crece el tajy,

cada vez,

cada estación

y en cada tormenta.

Crece, fuerte,

inconfundible,

inquebrantable.

Crece,

crece el tajy,

cada vez,

cada estación

y en cada tormenta.

Crece,

majestuosa planta,

y explota en flores.

(octubre, 31)

Reflejos

el viento  borra las huellas dicen,
pero en la playa del alma no hay viento

puedes cerrar los ojos
pero al abrirlos se ven
por kilómetros
las huellas andadas,
las  huellas y los rastros de la lucha
del amor en la arena,
y en el agua,
que sIempre vuelve preguntando por nosotros,
huellas de los empujes,
de los arrastres
de los besos con
fragancias de jazmín y canela

reflejos de río y luna

Alma

Me vestí con saco y corbata,
me perfumé, masculino y glamoroso.
Mi versión de diablo moderno para tentarla.

Ella se acomodó el pelo y sonrió.
En ese momento un hilo de viento apagó
la vela que iluminaba la mesa de la cena.

Jugué a ser el demonio,
y fue ella quien se llevó mi alma.

Río

Ella es una ninfa del agua,

aunque lo disimule muy bien.

Cuando "las pilas" están bajas,

ella busca las orillas del río para recargarse.

Se sienta a apreciar la naturaleza y a relajarse,

a disfrutar la cadencia de las olas, de lo bonito del agua.

Y mientras lo hace, -tan embobado como yo-,

el río dice que lo bonito son sus ojos cuando los miran.

(julio)

Otoño feliz

A veces bromea sobre ingresar a "otoño feliz".
No podría.

Podrá ser fría inclusive, a veces,
pero no es invierno, ni siquiera otoño.

De ingresar a ese elenco: ese otoño,
como cualquier otro otoño,
como cualquier otra estación,
sería una primavera de lapachos rosados.

(junio)

Tajy florecido

Decirle que es hermosa con un tajy florecido se queda corto.

Es más bien como un tajy florecido, pero
cuando a sus hojas las besan los primeros rayos del sol,
o cuando la luz se desprende suspirando por las tardes.

Ella es hermosa así, más bien.
Como cuando empieza la vida, cada mañana,

como cuando llega la muerte, serena, a una vida bien vivida.

Decirle que es hermosa con un tajy florecido se queda corto.

Infinito

El movimiento en forma de infinito
es lo que hace el momento infinito,
aunque eso hace que el tiempo se acelere,
y acabe.

(mayo)

Morir

¿Qué pasa si morimos 5 segundos,
pero justo en aquellos que son infinitos?

Es un riesgo del amor,
hacer eterno el momento y
morir brevemente,
dulce y salvajemente.

(abril)

Agradecimiento diario

Gracias por el guiso,
por la medida exacta de todas las cosas en la vida,
por el sabor preciso de las emociones que curan
el alma.

(marzo)

Poema breve

Cada tanto busco -o no- y veo en internet competencias y selecciones del poema más corto del mundo, siendo ganadores habituales "ELLA" o "TU".

Creo que no hemos reflexionado bastante -al menos yo- porque me surge hoy un nuevo candidato. El poema más corto es, la vida...

Sensibilidad

"Que feliz es", o "que loca está",
dicen de ella al verla reír, bailando bajo la

lluvia, sin saber que ese es el momento
en que llora sin que nadie se lo cuestione.

"Que triste es", o "que rara se ve",
dicen de ella cuando llora abiertamente
en su ventana, cualquier mañana, solo
agradeciendo a Dios la belleza de las flores.

Sus lágrimas iluminan igual que su sonrisa.

No la conocen y,

lo mismo que la envidian
la aman.